mercoledì 23 maggio 2012

da el clarin.com

TELEVISION

House: la última ironía

La serie llegó a su final definitivo Cómo fue el capítulo doble que se vio en los Estados Unidos.

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22.05.2012
Todo concluye al fin, nada puede escapar... Y para darle una vez más la razón a la canción, anteanoche terminó (sí, terminó para siempre), en los Estados Unidos, Dr. House , la serie más popular en todo el mundo, con una audiencia estimada de 81 millones en 61 países.
Los televidentes (atención, puede suspender la lectura ahora mismo ) tuvieron que padecer buena parte del episodio. Es que el doctor Gregory House (Hugh Laurie) estaba muerto. Y sus colegas recordaron cuánto había modificado sus vidas la relación con ese hombre engreído, autosuficiente, irónico hasta la crueldad, y muy poco compasivo, pero, sin dudas, un genio de la medicina; un irreverente en el mejor de los sentidos.
El episodio en cuestión estuvo precedido por un especial de una hora donde se repasaron los momentos clave de las ocho temporadas de la serie. Al comenzar el último, House queda atrapado en un edificio en llamas junto a un paciente suyo, adicto a la heroína.Rodeado por el fuego y en un verdadero momento de decisión, House puede simplemente darse por vencido y morir en ese instante, o enfrentar los seis meses de prisión que todavía le quedan por cumplir. En cualquier caso, no podrá hacer lo que más desea, lo que considera uno de sus pocos deberes en la vida: acompañar a su amigo y colega, el doctor Wilson (Robert Sean Leonard), afectado por un cáncer terminal, en sus últimos días. Aparecen sus fantasmas, personajes que habían dejado el programa hace un tiempo, como el suicidado Lawrence (Kal Penn); Amber (Anne Dudek), de cuya muerte House se siente de alguna manera culpable; Stacy (Sela Ward) y la doctora Allison Cameron (Jennifer Morrison) Y House decide. Intenta escapar, pero los escombros caen sobre él. Así es como las escenas siguientes serán un repaso por las virtudes y defectos de House, en la visión de todos los que van hablando en su funeral.
Las cosas cambian cuando llega el turno de Wilson. El médico empieza a decir unas palabras, pero lo interrumpe la llegada de un mensaje de texto: “Callate, idiota”, le manda decir el mismísimo Gregory House. ¿Desde ultratumba? No, desde unos metros más allá. Los amigos se encuentran enseguida. House le confiesa que fingió su muerte para no ir a la cárcel y poder pasar los últimos meses de Wilson juntos. Y allí van, como Peter Fonda y Dennis Hopper en Busco mi destino , House y Wilson, con sus cascos, en una moto, a la búsqueda de qué otra cosa sino alguna sensación de felicidad.
“Fue una grabación agridulce”, comentó David Shore, el creador de la serie, al hablar sobre el último día. “Iba por todos los set pensando ‘ Oh, Dios, esta es la última vez que voy a estar aquí. Esa habitación no va a existir en unas pocas horas ’”. Junto con él, Laurie también compartió sus impresiones: “Hay un sentimiento triste porque se haya terminado, pero también de inmenso orgullo por lo que hicimos”, declaró el actor.
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